El ácido gamma-aminobutírico, conocido como GABA, es uno de los neurotransmisores más importantes y abundantes en el sistema nervioso central de los mamíferos, incluidos los seres humanos. Su papel en el organismo es fundamental para mantener el equilibrio y la homeostasis neuronal, lo que lo convierte en un componente esencial para el funcionamiento adecuado del cerebro y el sistema nervioso en general. Hoy hablamos de este importante NEUROTRANSMISOR.

Introducción

Desde una perspectiva bioquímica, el GABA es un aminoácido no proteico que actúa principalmente como neurotransmisor inhibitorio en el sistema nervioso central. Esto significa que su función principal es la de reducir en cierta medida la actividad neuronal, contrarrestando así la acción de los neurotransmisores excitatorios como el glutamato. Esta interacción equilibrada entre neurotransmisores excitatorios e inhibitorios es crucial para regular el tono neuronal y evitar la sobreexcitación que podría resultar en diversas condiciones neurológicas. Como siempre: Equilibrio.

La importancia del GABA radica en su capacidad para modular una amplia gama de funciones cerebrales y corporales, incluyendo la regulación del estado de ánimo, la ansiedad, el estrés, el sueño, la función cognitiva y la respuesta al dolor. Por ejemplo, niveles adecuados de GABA están asociados con una sensación de calma y relajación, mientras que la disminución de los niveles de GABA puede contribuir a la ansiedad, el insomnio y otros trastornos neuropsiquiátricos.

La síntesis del GABA es un proceso que implica la conversión del aminoácido glutamato en GABA mediante la enzima glutamato descarboxilasa (GAD), con la ayuda del fosfato de piridoxal, una forma activa de la vitamina B6, como cofactor clave. Este cambio de roles del glutamato, el principal neurotransmisor excitador del cerebro, al GABA, el principal neurotransmisor inhibitorio, es esencial para equilibrar la excitación neuronal y prevenir la sobreestimulación.

Los receptores GABA están dispersos por todo el cerebro, actuando como unos «puertas» o porteros celulares que controlan el flujo de iones cargados, como el cloruro y el potasio. Cuando estos receptores se activan por la unión del GABA, permiten que los iones de cloruro ingresen a la célula, disminuyendo así la excitabilidad neuronal. Además, ayudan a eliminar los iones de potasio cargados positivamente de la célula, lo que contribuye a inhibir la actividad neuronal y a mantener al sistema nervioso en un estado de relativa calma.

Aunque el GABA generalmente no puede cruzar la barrera hematoencefálica para ingresar al cerebro desde la sangre, existen excepciones en ciertas regiones, como el núcleo periventricular del hipotálamo. Aquí, el GABA influye en la actividad cerebral y ayuda a regular la liberación de hormonas importantes, como la hormona del crecimiento humano, que desempeña un papel vital en el desarrollo y la regeneración celular.

Además de su papel como neurotransmisor, el GABA también está implicado en la síntesis de la hormona del sueño, la melatonina. Facilita la conversión de la serotonina en N-acetilserotonina, un paso crucial en la producción de melatonina, que regula el ciclo sueño-vigilia y tiene efectos significativos en la función inmunológica.

En conjunto, la actividad del GABA en el cerebro es un delicado equilibrio que influye en una amplia gama de funciones fisiológicas y cognitivas, desde la modulación del estado de ánimo y el sueño hasta la regulación de la respuesta inmune. Su papel como neurotransmisor inhibitorio lo convierte en un componente esencial para mantener la salud y el bienestar general del organismo.

Además de su función como neurotransmisor, el GABA también desempeña un papel importante en la regulación del sistema endocrino y del sistema inmunológico, lo que destaca aún más su relevancia en la fisiología del organismo.

Lo interesante es que nuestro microbioma intestinal, esa comunidad de microorganismos que habita en nuestro tracto digestivo, juega un papel crucial en la producción de GABA. Ayuda a convertir sustancias como la glutamina y el ácido glutámico en GABA, lo que influye directamente en nuestros niveles cerebrales de este neurotransmisor.

Por desgracia, cuando nuestro microbioma está desequilibrado, la producción de GABA puede disminuir. Esto puede deberse a factores como una dieta poco saludable, el estrés o el uso excesivo de antibióticos, entre otros. Por eso, cuidar de nuestro microbioma es esencial para mantener niveles óptimos de GABA y así promover una función cerebral saludable.

¿Por qué podemos tener poca actividad de GABA?

Cuando los niveles de GABA están bajos la actividad neuronal sigue acelerada, lo que nos deja sobreestimulados y con dificultades para concentrarnos o relajarnos por lo que es crucial entender los factores que pueden contribuir a la reducción de los niveles de GABA para abordar adecuadamente cualquier disfunción.

La mala estabilidad del azúcar en sangre es otro factor estresante importante que puede afectar los niveles de GABA. Las hipoglucemias reactivas o el nivel bajo de azúcar en sangre puede aumentar las hormonas del estrés y provocar una sobreexcitación cerebral. Por otro lado, los altos niveles de azúcar en sangre puede causar resistencia a la insulina en el cerebro, lo que puede llevar a un daño oxidativo excesivo y una liberación excesiva de glutamato.

Otro de los factores comunes involucrados en la disminución de los niveles de GABA es el estrés crónico y la fatiga suprarrenal. El estrés crónico aumenta los niveles de cortisol, norepinefrina y epinefrina, lo que a su vez reduce la producción de GABA. Este desequilibrio puede conducir a una sobreexcitación de las células cerebrales y a una producción excesiva de radicales libres que dañan las células cerebrales, exacerbando aún más la falta de GABA.

La presencia de anticuerpos contra la enzima GAD puede ser otra causa de la reducción de los niveles de GABA, especialmente en personas con trastornos neurológicos como la epilepsia. Además, las deficiencias de vitamina B6, zinc, taurina, magnesio y glutamina pueden afectar la producción y utilización de GABA en el cerebro.

La disbiosis intestinal también ha mostrado influir en los niveles de GABA. La degradación del revestimiento intestinal y la disminución de bacterias beneficiosas pueden estar relacionadas con niveles más bajos de GABA y una mayor excitabilidad cerebral.

El sueño inadecuado o ineficaz también puede contribuir a la disminución de los niveles de GABA. La falta de sueño de calidad es un factor estresante crónico que aumenta la producción de la hormona del estrés, lo que puede alterar los niveles de GABA y melatonina. Este ciclo vicioso puede provocar un déficit funcional en la producción de GABA con el tiempo.

COMO MEDIR TUS NIVELES

Para evaluar los niveles de GABA utilizo la prueba de ácido orgánico. Si el paciente presenta varios de los síntomas asociados con bajos niveles de GABA, consideramos necesario realizar la prueba de ácido orgánico.

Algunos Síntomas
Los bajos niveles de GABA pueden manifestarse a través de una variedad de síntomas que afectan tanto la salud mental como física. Aquí hay algunos síntomas comunes asociados con niveles bajos de GABA:

  • Ansiedad: El GABA tiene un efecto calmante en el cerebro, por lo que niveles bajos pueden contribuir a un aumento en la ansiedad y la sensación de nerviosismo.

  • Insomnio: El GABA también está involucrado en la regulación del sueño, por lo que la falta de este neurotransmisor puede dificultar conciliar el sueño y mantenerlo durante la noche.

  • Estrés: La falta de GABA puede hacer que el cerebro sea más susceptible al estrés, lo que puede manifestarse en una sensación general de tensión y dificultad para relajarse.

  • Irritabilidad: La inhibición neuronal que proporciona el GABA ayuda a mantener la estabilidad emocional, por lo que niveles bajos pueden contribuir a cambios de humor y mayor irritabilidad.

  • Dificultades de concentración: El GABA juega un papel en la regulación de la actividad neuronal, por lo que la falta de este neurotransmisor puede dificultar la concentración y el enfoque.

  • Fatiga: Algunas personas con bajos niveles de GABA pueden experimentar fatiga crónica o sensación de agotamiento, ya que el GABA también está involucrado en la regulación de la energía y la vitalidad.

  • Palpitaciones cardíacas: Aunque menos común, algunos individuos pueden experimentar palpitaciones cardíacas o sensaciones de opresión en el pecho debido a los efectos del GABA en la regulación del sistema nervioso autónomo.

Esta prueba consiste en un análisis de orina que examina un biomarcador de vitamina B6 llamado ácido pirodíxico. Niveles bajos pueden indicar una deficiencia de B6 que afecta la conversión eficaz de glutamato a GABA. Además, observamos los niveles de homovanílico (HVA), un biomarcador de dopamina, y vanillymandélico (VMA), un biomarcador de adrenalina. Niveles muy altos o muy bajos de estos biomarcadores pueden señalar desequilibrios en la producción de hormonas del estrés y en la actividad del eje hipotalámico-pituitario-suprarrenal.

Esta información nos ayuda a comprender mejor la bioquímica individual de cada cliente y a diseñar estrategias de intervención personalizadas para restablecer el equilibrio en el sistema nervioso. Si estás interesado en someterte a esta prueba, puedes encontrar más detalles sobre la prueba de ácido orgánico en este enlace.

Como Mejorar mis Niveles de GABA

  • Mejora el microbioma: Consumir alimentos fermentados y hierbas antimicrobianas puede ayudar a mejorar la salud general de los microbios intestinales, lo que puede influir positivamente en los niveles de GABA.

  • Respiración profunda: Practica la respiración profunda regularmente. Tómate unos minutos cada hora para concentrarte en respirar profundamente, lo cual puede ayudar a aumentar los niveles de GABA.

  • Adáptate mejor al estrés: El estrés crónico puede agotar los niveles de GABA. Practica la gratitud, la respiración profunda, escucha música relajante, pasa tiempo al sol, busca el humor y adopta otras estrategias de manejo del estrés para reducirlo y fortalecerte.

  • Mejora tu sueño: El descanso adecuado es crucial para mejorar los niveles de GABA. Prioriza el sueño para mejorar la producción y actividad de los neurotransmisores. Sigue estrategias para mejorar la calidad del sueño.

  • Dieta antiinflamatoria: Sigue un plan de alimentación antiinflamatorio que incluya alimentos reales y orgánicos para proporcionar los nutrientes necesarios para respaldar la función saludable de los neurotransmisores. Prioriza proteínas de calidad como carnes y huevos criados en pastos, pescado silvestre y grasas saludables como aceite de oliva virgen extra y aguacates.

  • Baños de sal de Epsom con aceites esenciales: Los baños de sal de Epsom pueden proporcionar magnesio, que ayuda a relajar el cuerpo. Agregar aceites esenciales como valeriana, manzanilla y lavanda puede ser beneficioso para los niveles de GABA.

  • Suplementación: Algunos suplementos pueden ser útiles para aumentar los niveles de GABA en el cuerpo. Consulta con un profesional de la salud antes de comenzar cualquier régimen de suplementos, pero considera la posibilidad de agregar suplementos como taurina, magnesio, vitamina B6 y zinc, que pueden apoyar la producción y función del GABA.

  • Reducción del consumo de alcohol y cafeína: El consumo excesivo de alcohol y cafeína puede interferir con los niveles de GABA en el cerebro. Reducir o limitar el consumo de estas sustancias puede ayudar a mantener niveles más estables de GABA y promover una mejor salud mental y física.

  • Ejercicio regular: El ejercicio regular es beneficioso para todos los neurotransmisores. Las actividades de baja intensidad como caminar y practicar yoga pueden ser especialmente útiles para aumentar los niveles de GABA.