Existe un complejo entramado en los mecanismos que tienen que ver con la toma de decisiones y respuestas que guían nuestras interacciones con el entorno que nos rodea, el cerebro humano exhibe una organización estructurada bajo 3 ejes que refleja su evolución a lo largo de millones de años. Este concepto se refiere a los tres niveles del prosencéfalo triuno: el racional, el emocional y el instintivo.
El nivel racional, asociado con el neomamífero, es la sede de la reflexión consciente y la toma de decisiones deliberadas. Aquí, se procesa la información de manera lógica y se evalúan las consecuencias de nuestras acciones.
Por otro lado, el nivel emocional, relacionado con el paleomamífero, está imbuido de emociones y afectos que guían nuestras respuestas ante estímulos. Es aquí donde la ansiedad puede encontrar su origen, como parte de un sistema de alerta ante posibles peligros.
Finalmente, el nivel instintivo, asociado al cerebro reptiliano, regula los impulsos básicos y las respuestas automáticas ante amenazas inmediatas. Este nivel puede sobrevenir en situaciones de emergencia cuando los otros niveles no logran hacer frente adecuadamente a la situación.
La ansiedad, los trastornos y condiciones derivados de ella, entonces, pueden ser vistos como una manifestación de este complejo sistema de defensa. Cuando el nivel racional no puede controlarla adecuadamente, pueden activarse mecanismos más primitivos de reducción de la intensidad emocional, que pueden desencadenar trastornos de ansiedad.
Lo interesante es que, a lo largo de la evolución, también hemos desarrollado la capacidad de ocultar estas emociones negativas pero un exceso en este proceso puede tener consecuencias negativas, rompiendo el ciclo de retroalimentación negativa y positiva que nos motiva a actuar y alcanzar el éxito.
En el trabajo referenciado más arriba el autor señalaba al modelo Yerkes-Dodson, que describe la relación entre el desempeño y la activación emocional por el que un nivel moderado de activación puede ser óptimo para el rendimiento, mientras que tanto la baja como la alta activación pueden conducir a un desempeño deficiente.
Conoce el Modelo Yerkes-Dodson para comprender este post
El Modelo Yerkes-Dodson es una teoría psicológica que describe la relación entre el nivel de «arousal» (activación fisiológica y emocional) y el rendimiento cognitivo o ejecutivo. Desarrollado por los psicólogos Robert Yerkes y John Dillingham Dodson en 1908, este modelo sugería que existe una curva en forma de U que representa la relación entre el «arousal» y el rendimiento.
En términos fáciles de comprender, el rendimiento mejora con niveles moderados de «arousal», pero empeora tanto en niveles bajos como muy altos, o lo que es lo mismo, existe un punto óptimo para el rendimiento máximo en una tarea específica.
Cuando es bajo, el rendimiento tiende a ser deficiente debido a la falta de motivación o energía para realizar la tarea y cuando es demasiado alto, puede causar distracción, ansiedad o incluso pánico, lo que también afecta negativamente al rendimiento.
Este modelo es utilizado por ejemplo, por parte de los entrenadores deportivos a la hora de programar los objetivos de los atletas alcanzando su estado óptimo antes de una competición.
En la era moderna, nos enfrentamos a diario con una constante inundación de noticias que pueden generar ansiedad y estrés y a nadie debería sorprenderle cómo esta situación contrasta fuertemente con el entorno en el que evolucionaron nuestros antepasados, donde la información negativa era limitada y compartida en un contexto comunitario. Hoy en día, la sobreexposición a noticias negativas puede desencadenar respuestas de ansiedad en muchas personas.
El concepto de «desajuste» entre nuestro entorno actual y el ambiente de adaptación evolutiva (EEA) es fundamental para comprender cómo ciertos aspectos de nuestra psicología pueden ser afectados por este contraste. La EEA, aunque a menudo se asocia con el estilo de vida de los cazadores-recolectores, en realidad abarca un período mucho más amplio en el tiempo y representa todas las influencias ambientales que han moldeado nuestra biología hasta el presente.
El acceso constante a noticias, especialmente aquellas que resaltan eventos negativos, puede tener un impacto significativo en nuestra salud mental. Como profesional de la salud, es más que obvio cómo muchos de los pacientes y experimentadores refieren un aumento en su nivel de ansiedad después de exponerse repetidamente a noticias negativas. Es un hecho contrastado. Esta ansiedad puede ser especialmente perjudicial para aquellos que ya están luchando contra la depresión u otros trastornos mentales.
A pesar de que no contamos con una evidencia de peso en lo referido al efecto terapéutico de evitar las noticias, muchos pacientes se muestran aliviados al limitar su exposición a ellas. Esto sugiere que eviatar os ciclos de 24 horas de noticias negativas podría ser una estrategia útil para reducir la ansiedad en ciertas personas.
Comprende el Cerebro Trino
La noción de la «mente trina» ha sido expresada de diversas formas a lo largo de la historia, desde las filosofías orientales hasta la actualidad donde la idea básica sugiere que la mente se puede dividir en diferentes aspectos, a menudo representados metafóricamente como un conductor, un caballo y un carro. Cada uno de estos componentes simboliza una parte de la mente, como la razón, la emoción y el instinto, respectivamente.
Esta concepción se ha visto respaldada por hallazgos en neuroanatomía evolutiva, como los del investigador MacLean, el cual identificó un «cerebro trino», un cerebro con tres modos de trabajo donde el cerebro humano evolucionó en tres etapas distintas:
El primer conjunto, asociado con el cerebro reptiliano, se encarga de funciones básicas como la evitación del peligro y el cortejo. El segundo, el cerebro paleomamífero, está relacionado con la vida social y emocional de los mamíferos, incluyendo el establecimiento de vínculos familiares. El tercero, el cerebro de neomamífero, es responsable del pensamiento racional y la toma de decisiones.
Aunque estos tres cerebros pueden cooperar en ciertos aspectos, también operan de forma independiente en muchos casos. Tienen diferentes fuentes de información, procesos de toma de decisiones y representaciones en la conciencia y esta compleja interacción entre los distintos niveles cerebrales sugiere que cada uno tiene su propia contribución única a la respuesta humana a diferentes situaciones, incluida la ansiedad.
En el contexto de la ansiedad o de las condiciones vinculadas al estrés (como parte de la respuesta humana al peligro) puede ser entendida mejor en el contexto de estos tres cerebros y su interacción y para ello existe un concepto avanzado que habla de los procesos de escalada y desescalada.
Escalada y Desescalada
La competencia entre animales del mismo sexo ha existido durante millones de años. Los científicos han observado que esta competencia sigue reglas específicas. Por ejemplo, cada animal tiene un límite sobre cuánto castigo puede soportar antes de rendirse. Además, cuando un animal se rinde, el ganador suele ser compasivo y no abusar de la situación.
En estas competiciones, los animales muestran señales sobre cómo de fuertes son. Si hay una gran diferencia en la fuerza entre dos animales, el más débil suele retirarse antes del enfrentamiento. Si la competencia es en el territorio de uno de los animales, se espera que ese animal gane. Si no hay diferencias y el territorio no es un problema, entonces puede haber una pelea.
La capacidad de aguantar el castigo antes de rendirse ha evolucionado con el tiempo y ello depende de factores como la motivación del animal, su experiencia y su herencia. Si los recursos en juego son igualmente valiosos y las experiencias de vida son similares, la estrategia de enfrentamiento está influenciada genéticamente. Algunos animales son más agresivos, mientras que otros son más sumisos.
En cuanto a la escalada y desescalada en los tres niveles cerebrales, las decisiones se toman en diferentes partes del cerebro. A nivel racional, las decisiones son conscientes y voluntarias. A nivel emocional, las emociones como la ira y la vergüenza juegan un papel importante. A nivel instintivo, los animales pueden sentirse más animados durante la competencia y más deprimidos cuando se retiran. La forma en que muestran sumisión comunica diferentes mensajes a otros animales y a su entorno.
Como el ciclo de noticias negativas afecta con todo lo anterior
La exposición al ciclo de noticias negativas de 24 horas influye significativamente en la ansiedad y otros aspectos emocionales, lo que puede tener un impacto directo en la dinámica de la «mente trina» que incluye los componentes racionales, emocionales e instintivos del cerebro.
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Aumento de la reactividad al estrés: Estudios han mostrado que leer noticias negativas puede aumentar la reactividad al estrés en mujeres, específicamente, aunque no cambie los niveles de cortisol inmediatamente. Esto sugiere una memoria mejorada para estas noticias y una mayor reactividad al estrés ante estímulos posteriores (Marin et al., 2012).
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Incremento en la preocupación catastrófica: La visualización de noticias negativas ha demostrado aumentar los estados de ánimo ansiosos y tristes y potenciar la tendencia a catastrofizar preocupaciones personales, lo cual puede estar relacionado con teorías de preocupación que implican un estado de ánimo negativo como factor causal (Johnston & Davey, 1997).
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Efectos psicológicos persistentes: Otro estudio indica que ver noticias en televisión incrementa la ansiedad y perturbaciones en el estado de ánimo, efectos que no fueron mitigados por distracciones, sino solo por intervenciones dirigidas como ejercicios de relajación (Szabó & Hopkinson, 2007).
Estos efectos de la exposición a noticias negativas pueden interactuar de manera compleja con los distintos niveles del cerebro triuno, influenciando tanto las respuestas instintivas como las emocionales y racionales, y potencialmente alterando la forma en que estos componentes de la mente colaboran o compiten entre sí ante estímulos externos. La continua exposición a ambientes mediáticos negativos puede exacerbar o desencadenar respuestas de ansiedad que reflejan un funcionamiento subóptimo o desequilibrado entre las partes del cerebro triuno.
Como Hacer Frente al Ciclo de Noticias Negativas de 24 Horas bajo la perspectiva evolutiva
El cambio en cómo recibimos y procesamos las malas noticias en las sociedades modernas en comparación con sociedades preindustriales o incluso paleolíticas puede tener implicaciones significativas en lo que se refiere a nuestra salud mental y bienestar, ya que de modo histórico las malas noticias eran compartidas y discutidas en un contexto grupal. Este enfoque comunitario para manejar la información negativa tenía varios beneficios psicológicos y sociales que deberíamos hacer nuestros:
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Apoyo social: Al compartir malas noticias en el grupo se permitía a los individuos recibir apoyo emocional de otros, lo cual es crucial para el manejo del estrés y la ansiedad. Tal apoyo social actúa como un amortiguador contra los efectos psicológicos negativos de las malas noticias.
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Procesamiento colectivo: Discutir los eventos negativos en un grupo ayudaba a las personas a procesar la información de manera más efectiva. Al compartir diferentes puntos de vista y emociones, los individuos podían llegar a un entendimiento más matizado y completo de los eventos, lo que podría ayudar a mitigar el impacto emocional.
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Cohesión grupal: Enfrentar colectivamente las adversidades podía fortalecer los vínculos dentro del grupo, aumentando la cohesión y la solidaridad. Esta cohesión era esencial para la supervivencia en sociedades más tradicionales o ancestrales, donde la cooperación y la interdependencia eran necesarias para enfrentar amenazas externas.
En contraste, en la sociedad moderna, las malas noticias a menudo se consumen de manera individual o en grupos poco cohesionados socialmente a través de medios de comunicación como la televisión, internet o dispositivos móviles. Este consumo solitario de noticias tiene varias consecuencias cuya problemática es enorme.
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Aislamiento: Ver malas noticias aislado y solo puede llevar a un sentimiento de falta de apoyo social, exacerbando los efectos negativos de estas noticias en el bienestar emocional.
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Sensación de impotencia: La falta de un lugar físico donde discutir y procesar las noticias puede dejar a los individuos en una situacion de impotencia por la información negativa, sin vías claras para la acción o adaptación.
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Ansiedad y estrés: El consumo frecuente -de ahí los ciclos de 24 horas a los que me refiero – y solitario de malas noticias aumenta los niveles de ansiedad y estrés, especialmente sin el alivio que proporciona el compartir y discutir la información en un contexto social.
Herramientas que podrías usar
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Yoga y Meditación: Estudios indican que el yoga y la meditación pueden ser efectivos para aliviar la ansiedad y la depresión, posiblemente mediante la alteración de la actividad de las ondas cerebrales, lo que ayuda a equilibrar el sistema nervioso autónomo (Kaushik et al., 2020).
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Mindfulness: Mindfulness ha demostrado reducir la ansiedad al activar áreas cerebrales asociadas con la regulación de las emociones y al modificar la atención hacia los pensamientos auto-referenciales, lo que refleja una adaptación evolutiva hacia una mayor autoregulación emocional (Zeidan et al., 2014).
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Ejercicio Físico: El ejercicio regular se ha demostrado que reduce la ansiedad y mejora el estado de ánimo. El efecto puede estar mediado por la liberación de endorfinas y la regulación del sistema de respuesta al estrés del cuerpo. Evolutivamente, esta puede ser una adaptación que permite a los organismos manejar mejor el estrés físico y psicológico mediante la mejora de la eficiencia del sistema cardiovascular y muscular (Bahrke & Morgan, 1978).
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Terapias Cognitivo-Conductuales (TCC): La TCC ayuda a los individuos a identificar y modificar patrones de pensamiento y comportamiento problemáticos. Esta estrategia puede reducir la ansiedad al mejorar el control cognitivo sobre las reacciones automáticas a las situaciones percibidas como amenazantes, una habilidad que puede haber sido crucial para nuestros antepasados en la evaluación y respuesta a amenazas reales y potenciales.
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Intervenciones basadas en la regulación de la atención: Estas intervenciones enseñan a las personas a dirigir su atención de manera más efectiva para reducir la rumiación y la preocupación. Mejorar la capacidad de controlar dónde se enfoca la atención puede ayudar a gestionar la respuesta a las amenazas percibidas y reducir la ansiedad, reflejando una adaptación que permite una mayor regulación del estado emocional frente a desafíos ambientales.
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Conclusiones. Maslow Tenía Razón
Como recordarás, recientemente hablaba de la pirámide de Maslow, o jerarquía de las necesidades humanas, como un modelo psicológico que organiza las necesidades humanas en cinco niveles, desde las más básicas, como las necesidades fisiológicas, hasta las más complejas, como la autorrealización. Uno de los niveles intermedios de esta pirámide es la necesidad de pertenencia, el lazo social, que incluye las relaciones familiares, de amistad y románticas. Este nivel es crucial porque subraya la importancia del entorno social para el bienestar humano.
En el contexto que estoy abordando, donde el consumo de malas noticias frecuentemente ocurre de manera individual, se observa una posible ruptura en este entorno social que es esencial según Maslow. La falta de discusión grupal y de apoyo mutuo al enfrentar las malas noticias puede tener un impacto negativo en la capacidad de las personas para satisfacer su necesidad de pertenencia. Esta ruptura en el entorno social puede llevar a sentimientos de aislamiento y soledad, exacerbando el estrés y la ansiedad y, por lo tanto, impidiendo la progresión hacia niveles más altos de la pirámide, como el estima y la autorrealización.
Por lo tanto, la forma en que las sociedades modernas están estructuradas para interactuar con la información —especialmente las noticias negativas— podría estar en desacuerdo con lo que Maslow identificó como fundamental para el bienestar humano. Reconocer y abordar esta desconexión podría ser clave para mejorar el bienestar individual y colectivo en nuestra era digital, fomentando entornos que promuevan la discusión y el apoyo mutuo como medios para enfrentar colectivamente los desafíos del mundo.